El café turco o molido a la turca es una joya de la cultura cafetera, conocido por su preparación única que no requiere cafetera y se sirve sin filtrar. Si aún no has tenido la oportunidad de probarlo, esta es tu ocasión para descubrir cómo hacerlo en casa y deleitarte con su sabor auténtico. Aquí te mostramos cómo preparar café turco o molido a la turca, en cinco sencillos pasos y te damos algunas claves para disfrutarlo al máximo.
Preparación del Café Molido a la Turca
Comenzaremos calentando el cezve. Coloca esta pequeña y encantadora cafetera de cobre en el fuego a temperatura media. Sin añadir nada aún, deja que el cezve se caliente ligeramente mientras preparas el resto de los ingredientes.
Cuando el cezve esté caliente al tacto, añade agua filtrada o mineral. Calcula unos 50 ml por cada taza de café que vayas a preparar. Permite que el agua se caliente hasta que esté a punto de hervir. Este es el momento perfecto para ajustar la temperatura y asegurarte de que el agua no hierva demasiado rápido.
Una vez que el agua está caliente, retira el cezve del fuego. Ahora es el momento de añadir el café. Necesitarás una cucharadita de café arábica molido a la turca, muy fino por cada taza. Si prefieres tu café dulce, añade azúcar al gusto en este punto. Remueve suavemente con una cucharita para que el café y el azúcar se disuelvan bien en el agua caliente.
Coloca el cezve nuevamente en el fuego, pero esta vez a baja temperatura. Observa atentamente cómo el café comienza a formar una espuma rica y densa en la superficie. Este proceso es crucial para el café turco. Cuando veas que la espuma empieza a subir, retira rápidamente el cezve del fuego.
Con una cucharita pequeña, recoge con cuidado la espuma y repártela en las tazas. Este paso es opcional, pero aporta una textura especial al café.
Devuelve el cezve al fuego y baja la temperatura al mínimo. Deja que el café hierva nuevamente y, cuando esté a punto de subir otra vez, vierte la mitad del contenido del cezve en las tazas. Este es el momento de disfrutar del aroma profundo y envolvente del café turco.
Deja el cezve en el fuego unos segundos más, permitiendo que el café hierva suavemente una vez más. Luego, añade una cucharadita de agua fría al cezve para ayudar a que los posos se asienten en el fondo. Finalmente, reparte el resto del café en las tazas.
Permite que el café repose unos minutos para que los posos se asienten bien en el fondo de cada taza. Así, evitarás beber los posos y disfrutarás de un café suave y sin impurezas. Añade azúcar al gusto si no lo has hecho antes y disfruta de tu café turco, una bebida rica en tradición y sabor.
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Curiosidades del Café Turco
El café molido a la turca no es solo una bebida, sino una experiencia cultural. En Turquía, ofrecer café turco es una muestra de hospitalidad y elegancia. Es común servirlo en tazas fincan y acompañarlo con un vaso de agua para limpiar el paladar, y a menudo con Turkish delights (lokum) para un toque dulce.
Esta tradición también se extiende a otros países de Oriente Medio y los Balcanes, donde se mantiene la preparación sin filtración. Cada taza de café turco es un pequeño ritual, desde su preparación hasta su degustación, que refleja una rica herencia cultural.
Cómo Servir el Café Turco
En Turquía, la forma más tradicional de servirlo es en unas tazas sin asas llamadas «fincan». Estas tazas se introducen en un ‘zarf’, un pequeño recipiente metálico que permite agarrar la taza sin quemarse. Es también costumbre servir el café turco junto a un vaso de agua para limpiar el paladar entre sorbos.
Para los amantes de los dulces, el café turco se suele acompañar con Turkish delights o lokum, que añaden un toque de dulzura y hacen de esta experiencia algo aún más especial.
Conclusión
Atrévete a preparar café turco o molido a la turca en casa y sumérgete en esta tradición milenaria. No solo disfrutarás de una bebida única, sino que también apreciarás el arte y la paciencia que requiere su elaboración. ¡Salud!
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